Ayer en el Metro iba de visita y me venía perfecto la línea 7. La semana había hecho mella y senté, de todos modos el vagón iba casi vacío. En el banco en diagonal en frente iba otro señor solo comiendo pipas.
Me fijé que bajo él había algunas cáscaras, las que se iba comiendo las iba dejando en la palma. Iba vestido normal y corriente, llevaba una carpeta y un libro cerrado sobre las piernas. Cuando llenó la palma de la mano de cáscaras las tiró debajo del asiento.
Me quedé perplejo. Me lo quedé mirando por si repetía y en esas me vio que observaba. Cuando volvió a llenar la palma las volvió a tirar bajo el asiento mientras me miraba, le puse cara reprobadora (llevo años de práctica) y así continuamos hasta que me bajé. El se hacía el loco y cuando iba a tirar las pipas miraba a mi sitio y yo le ponía cara de que era un guarro.
Nadie le dijo nada. Antes de bajarme me dieron ganas de afearle su conducta. Ahora casi me alegro de no haberlo hecho, puede que fuera buscando gresca.
El metro tardó en arrancar y cuando marchaba hacia las escaleras estuve tentado de meter la cabeza en el vagón anterior y gritar "Eres un guarro".
Harry el sucio.