No me explico la obsesión protectora por los cuentos que leemos a los niños. Tienen que pasar de unas historias totalmente edulcoradas a los tradicionales cuentos terribles de la vieja Europa que rodean su vida. Supongo que por eso la adolescencia es tan complicada.
Aunque nuestra vida laboral y económica está más próxima a los cuentos chinos.
Saturnino Calleja.
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