Para pasar las estaciones me puse a mirar la gente que estaba a mi alrededor. Era como sentirse un extra en Blade Runner. De las dos tandas de asientos que estaban a derecha e izquierda de la puerta en la que yo me apoyaba casi la totalidad de los pasajeros miraban sus teléfonos, sus ipod, iphone, iyoquesé. Algunos de ellos iban juntos pero no hablaban entre sí, consultaban sus maquinitas o directamente jugaban. Dos personas leían en sus libros electrónicos.
Y uno leía un libro tradicional. Me fijé en la cubierta y era la biografía de Jobs.
Oliverio.
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