Powered By Blogger

jueves, 6 de septiembre de 2018

En mi sitio.

El mes de septiembre por diferentes motivos es un poco complicado para mi. Llevaba todo el día cabreado por diferentes causas, mayores o menores, según iba pasando la jornada. Al inicio de la noche cuando me he acercado al cajero  habitual para sacar dinero resulta que también habían cerrado esa oficina. Me he acercado a otra que está también por mi barrio. Iba refunfuñando todo el rato y un chico joven que venía en dirección contraria al adivinar mis intenciones se ha acelerado y se ha lanzado a por la puerta de la oficina, pues el cajero está en la antesala y no en la calle. Otro agravio.
Me ha llamado la atención que el chaval se ha parado en seco. Pero después de dudar ha entrado. Me he acercado disimuladamente y había un señor durmiendo dentro de la oficina. También he dudado si entrar pero necesitaba el dinero y no había tiempo de buscar otra oficina. He entrado, he procurado hacer el menor ruido posible y he realizado la gestión a toda carrera. Mientras esperaba me he fijado disimuladamente en el señor que dormía dentro. Un señor de unos cuarenta años, la ropa un poco descuidada pero no mal. Estaba acurrucado durmiendo de lado con las zapatillas un poco flojas pero puestas. No tenía nada. Ni un mal manojo de cartones para dormir con la cabeza apoyada.
He pensado qué le habría pasado para acabar allí. Al final cuando he salido camino de mi casa me aguantaba las lágrimas a duras penas.


Oliverio.

No hay comentarios: