En EEUU dos no católicos lo hacen, y arruinan su futuro, Amstrong confiesa que se dopó y Foster que es lesbiana. En España la confesión tiene muy mala imagen desde que los programas del corazón y las revistas se han apropiado de dicho acto.
Aquí nadie ni dimite ni confiesa la verdad, el hacerlo es de idiotas, o una debilidad.
Inocencio III.
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