En el supermercado estoy esperando la cola de las cajas y una señora mayor va delante de mí. Cuando veo que le quedan tres productos en el fondo de la cesta le digo:
- No se agache.
Y se los saco yo. Me mira desconcertada y me dice:
- ¡Qué amable!.
Me pongo a reír con ganas. No debía estar muy acostumbrada.
Oliverio.
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