- Son 1,90.
Le dí dos monedas de un euro. Me devolvió los diez céntimos y me dijo dándome otro bolígrafo.
- Toma otro. Total, estoy de liquidación.
Le dije que se lo pagaba y se negó. Me quedé un poco cortado. A la salida me fijé que había un cartel hecho a mano en la puerta que ponía "Liquidación". La tienda estaba perfectamente surtida así que debería haber empezado.
Me invadió una tristeza difícil de explicar. ¿Final por el negocio, por la edad, por el proyecto de vida?
Oliverio.
Atribución-No Comercial-No Derivadas | (CC BY-NC-ND) |
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