Pues anoche soñé con ello.
Estaba como en un centro comercial chiquito, algo de barrio, y uno de los locales que hacía esquina y daba al patio central lo estaban preparando como un pequeño teatro de los años 40. Habían puesto una cortina pintada con aspecto de varietés de provincias y arriba el nombre del local: La Alhambra.
Entre con alguien para ver cómo hacían la reforma y nos sentamos hacia la mitad de la platea. Había gente rematando y cuando nos quisimos dar cuenta empezó a entrar gente en el local y a ocupar sus localidades. La persona que iba conmigo dijo.
- ¡Ay madre! Que la mitad del teatro son actores.
Yo le contesté:
- Pues no sé por qué te preocupas que tu eres actor.
Y con un susto tremendo en el cuerpo por la que se me avecinaba miré a mi compañero para recriminarle su posición de ventaja en mi desastre. Estaba sentado con Jorge Calvo (creo que se llama así). Me empecé a hundir en la butaca y de pronto me percaté de que llevaba media cebolla en la mano izquierda. Como recién cortada, húmeda todavía. Y con su capa de bronce cubriéndola.
Me desperté. El despertador iba a hacer su trabajo.
H.P. Lovecraft.
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