En vez de ponerme a pegar voces le dije que en Madrid eran casi las 11 de la noche y que a esa hora no hay que llamar a las personas a su casa porque pueden pensar que tienen familiares enfermos o situaciones de emergencia. Le desee buen día y colgué.
No le dí ni tiempo a decirme cuál era la empresa y qué me vendía. Lo prefiero porque les hubiera puesto en la lista negra para siempre.
Oliverio.
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