Salgo en una estación de Metro del centro con taquillera porque quiero comprar un billete de diez viajes. En la ventanilla hay tres orientales, parecen unos padres y su hija. Hablan entre ellos y hacen ademán de dejarme comprar antes porque no se aclaran con la taquillera. La taquillera quería venderles a toda costa un billete de diez viajes porque era más barato pero no se entendían. Hago de intérprete improvisado con mi macarrónico inglés y les digo lo que deben hacer con el billete para usarlo los tres. Pagan lo cogen y y me dan las gracias fervorosamente. Cuando ellos ya están en la maniobra de pasar pido mi billete de diez viajes y me dice la taquillera:
- Para que después vayan diciendo que no dominamos los idiomas.
Me da un ataque de risa de los buenos.
Oliverio.
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