- Por favor, ¿No podría esperar un poco? Están recogiendo sus cosas todavía.
En megafonía avisaron que abrían la caja 6 y todos los que estaban detrás de mi desaparecieron, no querrían ser testigos de la reacción de la cajera. La señorita no puso cara de nada pero en cuanto una de las clientas recogió la bolsa empezó a pasar por el lector todos mis productos. Decidí ir a velocidad e iba casi más deprisa que ella recogiendo los objetos metiéndolos en la bolsa.
Cuando me dijo la cantidad saqué la cartera y le pagué casi justo la cifra. Y oigo decir:
- ¿No aprovechas la oferta de compresas?
Levanté la vista entre intrigado y mosqueado porque no me había quedado muy claro ni el tono ni la oferta y veo que hablaba con otro empleado que estaba con una compra mínima, un yogur y una lata de bebida y que estaba pagando. Me desentiendo y me doy cuenta de que tiene un monedero con la bandera gay. Empiezo a pegar la oreja y oigo.
- ¿Pero estás enfadado?.
- Pues si. He conocido un chico muy guapo y no me hace ni caso.
Les miro con cara de cachondeo y les digo.
- Buenas tardes y mucha suerte.
Se han puesto a reir cuando me iba.
Oliverio.
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