En la fila de la taquilla del cine oigo a dos chicos jóvenes de unos 30 años hablar sobre qué película elegir. Parece que no se conocen muy bien pues hablan de gustos. Uno le pregunta a otro:
- ¿Te apetece ver una de miedo?
- No me gustan las de terror. Para ponerme mal cuerpo me basta con mirar mi hipoteca. 30 años de mal rollo.
Oliverio.
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